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El rincón de Clío

Águila Roja, una interpretación muy libre de la España del siglo XVII

Águila Roja, una interpretación muy libre de la España del siglo XVII

 

Llevo ya unas cuantas semanas en las que mucha gente me pregunta mi opinión sobre Águila Roja, la última serie de Televisión Española para la noche de los jueves. Lo cierto es que como recreación histórica de la primera mitad del siglo XVII (que es cuando todo apunta a que está ambientada) la serie en cuestión deja mucho que desear. Así, por ejemplo, el lenguaje y las expresiones utilizados por los protagonistas son más apropiados para un barrio del Madrid actual que para los mentideros de la villa y corte de los tiempos de Felipe IV. En lo que se refiere a la caracterización de los personajes se deja sentir, y mucho, la presencia de aquellos grandes mostachos que cualquier hombre que presumiera de serlo llevaba encima de su labio superior. Eso sí, todos los personajes varones llevan una cuidada barba recortada de una semana... Por otro lado, el personaje del malo malísimo, “el comisario”, luce unas vestimentas de cuero negro que no dudo serán apropadas en una sesión de sadomasoquismo, pero que no lo son nada para un capitán de corchetes que, por cierto, es el cargo que ocuparía como defensor del orden público.

Por último, señalar que la presencia de un ninja español es, cuando menos, sorprendente. Lo cierto es que san Francisco Javier llegó a Japón con la idea de evangelizarlo en 1549. Tuvo cierto éxito, en especial en la ciudad de Nagasaki, pero sus esfuerzos se vieron truncados con la persecución de los cristianos llevada a cabo bajo el shogunato Takanawa en los años finales del siglo XVI y principios del XVII. De hecho, este shogun cerró las fronteras de Japón a todos los extranjeros con excepción de los holandeses, por lo que el país del sol naciente permaneción durante algunos siglos ajeno a las influencias exteriores. Además, y aunque Francisco Javier era español, Japón estaba en la órbita de influencia portuguesa, no española (que en aquella época y por aquellos lares se centraba más en las Filipinas). Por todo ello sería difícil encontrar a un español aprendiendo ninjitsu en el Japón de la época. Todo eso por no hablar de una supuesta conjura para derrocar al monarca a manos de una organización secreta....

Por último, la alusión a algunos personajes históricos como Murillo, que en la serie es un compañero de colegio del hijo del protagonista, permite situar la acción sobre la década de 1620. Por ello también resulta inexacta la figura de un monarca envejecido, como se ha visto en algún capítulo de la serie, ya que por aquel entonces Felipe IV era un fogoso veinteañero.

Ante tales comentarios uno podrías pènsar que el arribafirmante detesta Águila Roja, pero no es así. Y no lo es porque por lo menos me congratulo de que TVE se digne ha llevar a las pantallas una recreación (algo libre, es cierto) de nuestro pasado. Y esto es mucho decir en un país donde la televisión rezuma mediocridad y chabacanería amén de una profunda banalidad. Además, siempre es más grato encontrar en la tele un duelo con espadas que las aventuras de unos adolescentes de instituto utrahormonados. Por todo ello, y porque espero que esta serie haga entender a una legión de telespectadores que la Historia de España está llena de pasajes apasionantes que dan para muchas series y libros,  me encuentro, desde la críticia, sí,  pero también desde un cierto sentimiento de alivio, entre los millones de españoles que siguen las aventuras de este ninja suigéneris llamado Águila Roja.

Otro día les comentaré mi envidia ponzoñosa al ver las producciónes históricas que se emiten en la televisión norteamericana, pero de momento, espero que el éxito de Águila Roja decida a los directivos de las cadenas nacionales a apostar por producciones más rigurosas amén de entretenidas.

 

5 comentarios

juan -

Me parece muy bien tus comentarios. Gracias por ilustrarnos de Historia. Pero en primer lugar y muy importante es que para dar credibilidad a todos ellos por lo menos un poco de rigor y no erratas básicas así como faltas de ortografía que claman al cielo.
Pero por todo lo que cuentas me opiates bastante. Lo Que hecho en falta es Que no gomentaras la function del Conde Duquesne De olivares. Basico en Su Regencia Shasta Que llego a ser Rey con la mayoria Dr read. As I comp so error De situar al cardenal dos siglos después de su fallecimiento.
Sin más que agradecerte tus comentarios y decir con mucho orgullo.Que sigo la serie ya que es de las poco dignas que hay en televisión.
Un saludo. Atentamente un humilde seguidor de la verdad.

Juan -

Comparto el criterio de Clio que es una bendición el que se haga una serie sobre una época de nuestra historia.Me uno a la crítica de que no se haya guardado un cierto rigor histórico, pues no se ha de olvidar que para mucha gente, que desconoce nuestro pasado se toman estas series como si de la Biblia se tratara y viniendo de una televisión pública debía ser obligada a que sus contenidos sirvieran tambien para enseñar y educar y no confundir.Lo que si veo peor son las cuñitas que, como de tapadillo, se van metiendo mostrando a un Inquisidor pederasta y a un cardenal asesino, putero y chantajista, ahi se nota la mano de la izquierda mas ramplona y siempre aleta para meterse con los curas.

Uxúe. -

Muy buena valoración. Yo empecé a verla intrigada por la fama que estaba cogiendo, y su anacronismo me dejó muy parada.
Investigando me enteré de que el idioma está así para "acercarlo al público"

En cuanto a la época, es entorno a 1657, ya que Olivares ha sido ya desterrado, el infante Felipe Próspero está vivo, y están en guerra con Portugal.

Así que el Murillo de ricitos no sé yo muy bien qué pinta...

En fin, que totalmente de acuerdo con todo lo que dices^^

¡Un saludo!

Begoña -

Me encanta tu opinión y la comparto

navicala -

para mi es un erue yo sueño que soy aguila